Vivimos esperando un milagro. Tu sueñas con un día estrellado, caminatas por la selva y poemas en kayak, guitarras afinadas por el borde de tu pelo y hasta con mis pies hechizados de salsa durmiendo con los tuyos sobre la pista. Dibujas el futuro en acuarela y tu espejo tiene cola de sirena, cierras la cortina para contar las perlas en silencio, al fin de "cuentos" con eso se renta la luna. Tu adivinas casi todas mis palabras, pero es tu naturaleza dejarme decirlas para intentar sorprenderte. Vives entonces regalando milagros mientras esperas uno.
Yo nomás quiero agüevo que tus labios se nieguen a subir a la estrella que te lleva de regreso y se queden cerca de los míos, para que la duda te despierte.