Ahí donde faltas puse de barro una ollita,
a hervir en café las ansias que llovieron su canción a los pies de la puerta
y hubo espacio para un barquito de papel con tu poema,
esperé los sonidos que predicen madrugadas amarrado al azul que de repente
enseña el fuego,
y navegamos hasta hundirnos,
y el fondo sabía a canela.
Ahí merito, donde te espera el viento probé el frio tapado de sur
supuse tu risa y le pegué la mía,
entonces me gasté la noche
contándole al humo de tus miedos.
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