No quiero saber de memoria tus gestos ni tocar sin nota el ritmo de tus lunas, no quiero ser lo mismo espada que pared ni labrar de sueños el talud que sostiene tu noche, no quiero aves anunciando pasos que no doy en la polaroid que tienes por ventana, no adivino colores ni respiro lejanías, no quiero dejar de creer en que sólo lo fugitivo permanece, ni que todas las cartas del tarot se llamen como se llama tu sonrisa, pero pasa que no puedo, te adivino y con carbón te dibujo en las paredes de mi cueva, me llueves madrugada, me arengas la locura, me existes. Porque pasa, te lo digo, que no puedo; amarro mi voluntad entera al papalote de tus ojos y
contigo vuelo, y no puedo detenerlo, simplemente porque no quiero.
1 comentario:
me encanta...
Publicar un comentario