Con su libro abierto y su dedo alzado,
midiendo su inspiración en sílabas,
pujando pa´ parir metáforas frustradas
su voz que arrulla,
su pose de diva inmaculada.
Con un ojo a la estrofa
y otro cazando alguna gringa
que apantalle su retórica,
con un ladrillo en cada suela
y jugando a ver quien conoce
más autores de apellido extraño.
Qué ganas de salir corriendo
cuando exploran sus notas
revolcando lo ya dicho,
lo tan obvio,
haciendo poesía frente al espejo.
Qué güeva me dan los poetas,
embarrándose cultura
para curarse de lo burdo,
frunciendo el ceño,
agravando la voz,
blandiendo un libro,
recitando letanías
pero imaginando aplausos.
Qué antojo de dormirme,
mientras convocan a otro concurso
y juegan volados a ver quien lo gana,
entregando carpetas beige en toda oficina,
en toda editora,
cambiando sus vidas
por poesía becada.
Comprando musas,
chupando vino y deseando mezcal,
disfrazando cuartetos de sonetos,
gozo de elegía.
Qué güeva me dan los poetas,
qué envidia me da la poesía.
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3 comentarios:
Hola Youl, hiciste aflorar mi sonrisa mientras te leía. No es mi forma, pero la comparto, eres sincero y eso vale. Gracias a Dios no soy de esos que te dan flojera. Pero si me gusta pensarme poeta, o más bien vivir la vida aferrada a la poesía.
Te dejo mi saludo
No hagas caso Lety, es puro ardor ;)
Pero que cosas! Me parece que ya lo había leido en alguna otra ocasión, era uno viejo cierto? En fin Youl hace un tiempo cuando lo leí en definitiva no me identificaba con él, pero ahora que asco me doy, quizá y sólo quizá tenga un poco de poeta dentro de mí.
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