Cuánto de mar tendrá la tierra de mis suelas, si se piensa en sacar lumbre de las piedras. Ando a ciegas de tu luz y no recuerdo pactos cartográficos que nos esperen, dejo el rumbo a la deriva del designio de la alquimia y en tu sonrisa está mi norte y el camino sobre mis pies; como la noche de mañana hace mil años, en que bailé contigo sin tocar el suelo y como quien va a Comala anduve la senda de tu hechizo colgando de los hilos de tu magia, envuelto de tus bailes, de la música que tocan tus ojos que son también mi voz y de nuevo sobre mis pies nació el árbol de tu nombre que abracé siguiendo tu vaivén, perdido en tu compás/sin paz y creyendo inútilmente que alguna vez amanecerá de noche y estarás ahí, tocando la flauta de los tiempos.
jueves, 28 de abril de 2011
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1 comentario:
Algún día voy a escribir algo la mitad de bueno que tú. Cuando sea zurda.
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