miércoles, 17 de agosto de 2011

Tren

Montados en tren atravesaban el desierto de coyotes, en la zona sur del espacio norte de aquel mundo particular, él miraba sus labios imaginándose dentro y fuera y atinando a cachar palabras clave para hilar conversación; ella, ya ajena, contaba maravillosas historias sobre lo lindo que suele ser el novio de su amiga y refería heroicas demostraciones afectivas, como escribirle tequieros con restos de radiografías u ocultarle pistas para una eventual configuración de frases cursis. Esas cosas de películas románticas, esas cosas baratas de gran valor.

Tímidamente él se imaginaba en los zapatos del idolatrado protagonista de la charla y vomitaba risas hacia dentro mientras seguía viéndole los labios a ella, que desprendida del azul que tintó antiguos sueños continuaba el relato. Avanzaron horas viendo distintas cosas mientras se miraban de frente, y vieron tanto que no pusieron atención al rumbo y por supuesto no advirtieron el riel faltante en la vía justo a mitad del puente. Se presume que esa vía no fue terminada nunca, se presume que ellos cerraron los ojos por casualidad mientras el abismo saludaba en el andén como quien recibe a una añorado viajero.

El tren siguió avanzando.

Cayeron  Callaron. 

lunes, 15 de agosto de 2011

Champú

Usé tu champú y tu jabón, ese que huele rico, lo llené de pelos mientras el agua me enjuagaba el espiral de desaciertos que colecciona mi espalda; rompí la mañana de este agosto cada vez menos nuestro quitando los kilómetros que se quedaron entre los dedos de mis pies con la ayuda de esa toallita tan cara que no me dejabas ni ver y recité nuevos hechizos para hacer crecer la planta que vive gracias al agua que le sobra al vaso de lavarse los dientes.

Me dio mucha risa verme dando vueltas en el mismo sitio, repasando lo roto del piso como le hacen los insectos sentenciados a muerte por el spray mortífero que escondemos tras el refri. Entonces un tipo dentro del espejo me gritó el nombre de todos los lugares que no caminaremos y me descubrí desnudo, laxo, respirando sólo para que las cosas que olvidaste tengamos uso al iniciar la semana.

Se secaron las cosas dentro de esta casa, al ritmo de la sombra.